LOS DESVELOS DEL DOXÓGRAFO

La tradición doxográfica consistía en recopilar, de diversas maneras, las opiniones de terceros autores.
¿Es posible otra escritura?
En la historia, los nombres y las fechas son circunstanciales, mojones arbitrarios y consuelo de nuestras íntimas aspiraciones. Un nombre y una fecha no son más que una ilusión, que nos permite velarnos, espejarnos en el otro. Tal vez, para ocultar y evidenciar que no somos más que objetos tallados con la inmaterialidad de la palabra; objetos de sentido incierto, aunque a veces verosímil.
Somos hablados, decimos lo dicho. En el mejor de los casos armamos, con unas cuentas coloridas y los espejos que nos circundan, un universo de probabilidades imposible de explorar en una vida.
Sin embargo, hablamos. Nos hacemos a la mar en pos de Las Molucas demostrando que el encuentro, la metáfora, no es más que un accidente imprescindible.
La metáfora, multiplicadora de sentidos, siempre necesita del otro, que se los otorga. Se es dicho, bien o mal, pero se es dicho. Construcción colectiva, en la que el destino de cada letra que la forja ha extraviado la causalidad.
Somos meros vectores del lenguaje. Cada quien se las arregla, de alguna manera, con las voces que lo habitan. Todo otro ideal pareciera casi alucinado.

Jorge Pablo Yakoncick.







miércoles, 31 de octubre de 2012

POESÍA PRECOLOMBINA II: Atavío de los Dioses


Atavíos de los Dioses, “Poesía Precolombina”, Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires, 1960 (pg. 47 – 64).



Atavíos de Huitzilopochtli

Huitzilopochtli, Guerrero,
Colibrí a la izquierda,
tus insignias y atavíos;
casco de plumas amarillas
y penacho de quetzales.
Orejas de pájaro azul,
soplo de sangre en la frente,
a rayas la faz,
a la espalda armas y divisas
de enemigos vencidos.

Huitzilopochtli, Guerrero,
Colibrí a la izquierda,
las caderas atadas con mallas azules,
las piernas color azul claro,
campanillas, cascabeles en las piernas.
Sandalias de príncipe,
serpiente turquesa por ynahual,
rodela por escudo, el Tehuehuelli,
haz de flechas sobre el escudo,
bastón de serpientes erguido en la diestra,
y en la izquierda, banderas de plumas de quetzal.


Atavíos del que es Llevado de Prisa

Paynal, doble de Huitzilopochtli,
casco de papagayo amarillo,
rostro con estrellas. Se llama la noche.
La flecha de la nariguera de turquesa en la nariz,
soplo de sangre en la frente,
el colibrí, su ynahual,
espejo y anillo de oro en el pecho,
al brazo escudo de mosaico de turquesas,
vestido de malla de color turquesa,
en la mano la bandera de oro
y el perforador de fuego,
escondrijo de la llama
que por fricción saltaba
en la fiesta del fuego nuevo.

Paynal, el que es llevado de prisa,
rostro con estrellas en forma de huacal.
Se llama la noche.


Atavíos de Tezcatlipoca

Tezcatlipoca, espejo que ahúma
con los pedernales de su cabeza,
espejo que hace brillar,
espejo que ahúma,
espejo que hace brillar
con los pedernales de su cabeza.

Orejeras de oro torcidas como humo, en espiral,
rayas a la altura de los ojos,
a cuestas, una olla hecha de plumas de quetzal,
las piernas rayadas con franjas negras,
campanillas, cascabeles, cascabeles redondos
en sus piernas rayadas con franjas negras.
Brazaletes de pedernal,
sandalias color de obsidiana,
al brazo el escudo con fleco de plumas
y bandera de papel y el mirador perforado,
cetro de oro agujereado por en medio
para ocultar su rostro y mirar a la gente.


Atavíos de Quetzalcóatl

Quetzalcóatl, Serpiente de plumas de Quetzal,
en la cabeza, la diadema de piel de tigre,
rayas negras en la cara,
raya de tigre en todo el cuerpo.

Quetzalcóatl, Dios del Viento,
barres los caminos a los dioses de la lluvia,
envuelto en ropas aéreas,
orejeras de oro torcidas en espiral,
collar de caracoles marinos hechos en oro,
caderas ceñidas con ropajes rojos,
a cuestas, llamaradas de plumas de guacamayo,
sandalias blancas,
en las piernas, campanillas atadas con piel de tigre.


Atavíos de Tláloc

Tláloc, Dios de la Luvia,
la cara teñida de negro,
el cuerpo embadurnado de negro.
En la cara, motas como granos de salvia.
Chaquetín de rocío,
collar de jade,
alocadas plumas de garza en la cabeza.
Señor de la Lluvia,
las caderas ceñidas con ropaje a manera de columnas,
manto de imanes terrestres
para atraer las piedras cristalinas del cielo.
Campanillas en las piernas,
sandalias de hule.
En un brazo el escudo con la flor acuática,
y en la mano, el bastón de junco.


Los Atavíos de Nuestro Señor el Desollado Bebedor de la Noche

Rostro color de codorniz,
labios abiertos,
en la cabeza el tocado de la gente colorada,
Dios de la Fecundidad,
Dios Agrícola,
los cabellos partidos en dos
y esparcida la cabellera.

Bebedor de la noche,
poseedor del prepucio,
vestido de piel de hombre,
de pellejo arrancado a un hombre.
Orejas de oro,
faldellín color zapote,
campanillas en las piernas y sandalias,
escudo hecho con círculos rojos,
en la mano un bastón de sonajas.


Atavíos del Dios de la Música y el Juego

Cinco Flor, Cinco Flor,
la mano que cortó las flores
quedó impresa alrededor de tus labios,
Dios de la danza, Dios del canto, Dios del Juego.

Cinco Flor, Cinco Flor,
Príncipe de la corola abierta,
tu fiesta es el día de las flores,
de la danza, del canto, del juego,
rostro pintado de rojo fino,
casco de plumas finas,
cresta de pájaro,
a la espalda un abanico,
sobre el abanico la bandera solar,
sobre la bandera solar, la pluma del Quetzal.

Ciñe sus caderas paño de orilla roja,
sandalias con el signo del sol,
escudo rojo con el signo del sol.
Señor del rojo crepúsculo,
dueño de los espejitos sonoros.


Atavíos de la Madre de los Dioses

Teteuynán, Divinidad Suprema,
tienes los labios embadurnados de hule,
en las mejillas figurado un agujero,
llevas en la mano la flor del algodón.
Las orejeras de azulejos,
borlón hecho de palma,
faldellín de caracol
que se llama faldellín de estrellas,
camisa con flecos,
falda blanca,
sandalias, escudo de oro perforado
y escoba.


Atavíos de la Diosa de las Aguas que Corren

Señora de la falda de jade,
compañera de Tláloc, Dios de la Lluvia,
por tu pintura facial,
por tu collar verde,
por tu casco de papel con penachos de quetzales,
por tu camisa bordada con ondulaciones de agua,
por tu falda bordada con ondulaciones de agua,
por las campanillas con tintineo de torrente
y ruido de agua que llevas en las piernas,
por tus sandalias,
por tu escudo con una flor acuática,
por el palo de sonajas en tu mano,
por tu nombre con sentido de agua,
por tu nombre con sonido de agua,
agua, agua, agua,
con sonido de agua,
Chalchiuhtlicue, te reconocemos.


Atavíos de las Figuritas de los Dioses

Si alguien hacía figuritas,
idolitos pequeños,
por haberlo prometido,
formaba las imágenes de los montes,
de todos los que quería
hacía su figura.

Así como si reprodujera los seres que ahúman,
Los sacaba en figura de Tláloc.
Los hacía con masa de bledos,
embadurnados,
con su gorro de papel,
con un adorno de papel en la nuca con espigas de quetzal.
Con su vestido de papel,
con su bastón de viajero en una mano.
De igual modo el dios del monte blanco,
sus atavíos:
el traje de ambos está pintado de hule.


Atavíos del Señor de Atlahua

Sus labios pintados de rojo vivo,
círculos negros alrededor de los ojos,
estrellas alrededor de la noche
que rodea sus ojos,
estrellas que le hacen visible las cosas que no ve,
presentimiento de cazador,
lanzador de dardos,
labios bordeados de azul claro,
sobre su pecho tiras de papel,
sandalias blancas con campanillas,
escudo color de sangre con ribete de plumas,
en la mano el bastón rojo, el bastón rojo.


Atavíos del Dios con el Espejo en el Cabello

Reunid a los cuatrocientos conejos.
No olvidéis a ninguno.
Reunidos alrededor del tazón del conejo
y ahí poned pulque de cinco, pulque divino.
Colocad los tubos de caña,
doscientos tres tubos,
de los que sólo uno está perforado.
Los conejos bailan alrededor del tazón.
¿Quién descubrirá la caña agujereada?
El que da con ella se bebe todo el pulque
y se embriaga, y sueña al Dios Cinco-conejo.

El ebrio se sale de los cuatro lados del cielo,
de los cuádruples rayos del sol, escapa,
sobrepasa el número perfecto,
y pasa al Cinco-conejo,
y sueña con los dioses del pulque
y con Macuiltochtli,
mano de color impresa alrededor de sus labios,
gorro de plumas finas,
cresta de pájaro,
collar de cristal fino,
paño de orilla roja ciñendo sus caderas,
campanillas, sandalias blancas,
escudo de cristal fino,
hachuela de obsidiana.


Atavíos de Xochipilli, Príncipe de la Flor

Está teñido de color claro,
lleva su afeite facial figurando llanto,
su gorra con penacho de plumas de pájaro rojo.
Tiene su bezote de piedras preciosas,
Su collar de piedras verdes.
Sus tiras de papel puestas sobre el pecho,
El ropaje de orilla roja con que ciñe sus caderas.
Sus campanillas, sus sandalias con flores.
Su escudo con la insignia solar en mosaico de turquesas,
de un lado lleva
un bastón con remate de corazón y penacho de quetzal.


Atavíos de los Dioses de Chalman

Su rostro con figura de huacal,
sus labios de rojo vivo,
su atavío, el propio de la gente de Chalman:
un escudo en la frente,
un escudo en la nuca.
Una banderola que parte de un círculo sobre su cabeza,
 sus tiras de papel,
sus brazaletes.
Hay en sus piernas campanillas,
 sus sandalias.
La mitad de su escudo color de sangre,
su bastón rojo en una mano.


Atavíos del Cariamarillo

Señor de la turquesa, señor azul,
el rostro amarillo,
señor del fuego,
labios embadurnados de leche negra,
sobre su cabeza un aro con piedras preciosas,
su casco de corteza vegetal con su penacho de quetzales,
su tocado con flechas.
A la espalda lleva a su ynahual,
serpiente de fuego,
campanillas, cascabeles en sus piernas,
sus sandalias.
Su escudo en mosaico de piedras verdes,
En su mano tiene un mirador.


Atavíos de los Dioses del Pulque

Su cara pintada de dos colores,
su tocado de plumas de garza,
su nariguera en forma de luna,
sus orjeras de corteza tierna.
Lleva a cuestas insignia de plumas de guacamayo,
su collar de cuentas colgantes.
Tiene ceñidas las caderas con flecos torcidos,
Sonoras campanillas en las piernas,
sus sandalias de Dos.conejo.

está colocado en su brazo su escudo de Dos-conejo.
En una mano tiene su bastón de punta de obsidiana.