LOS DESVELOS DEL DOXÓGRAFO

La tradición doxográfica consistía en recopilar, de diversas maneras, las opiniones de terceros autores.
¿Es posible otra escritura?
En la historia, los nombres y las fechas son circunstanciales, mojones arbitrarios y consuelo de nuestras íntimas aspiraciones. Un nombre y una fecha no son más que una ilusión, que nos permite velarnos, espejarnos en el otro. Tal vez, para ocultar y evidenciar que no somos más que objetos tallados con la inmaterialidad de la palabra; objetos de sentido incierto, aunque a veces verosímil.
Somos hablados, decimos lo dicho. En el mejor de los casos armamos, con unas cuentas coloridas y los espejos que nos circundan, un universo de probabilidades imposible de explorar en una vida.
Sin embargo, hablamos. Nos hacemos a la mar en pos de Las Molucas demostrando que el encuentro, la metáfora, no es más que un accidente imprescindible.
La metáfora, multiplicadora de sentidos, siempre necesita del otro, que se los otorga. Se es dicho, bien o mal, pero se es dicho. Construcción colectiva, en la que el destino de cada letra que la forja ha extraviado la causalidad.
Somos meros vectores del lenguaje. Cada quien se las arregla, de alguna manera, con las voces que lo habitan. Todo otro ideal pareciera casi alucinado.

Jorge Pablo Yakoncick.







martes, 14 de julio de 2009

ODISEA

Con la pampa tatuada en las pupilas,
angustioso horizonte cardinal,
transcurro otros paisajes, no los mios.
Casi ajenos, prestados se dirían.
Viajo en tren por el árido pedrusco
acaso recordando lo imposible;
certero de que todo es un instante,
ya sea sueño, ya indigente vigilia.
Me observo en el cristal de la ventana
buscándome esa pampa en las pupilas,
quizá un verdor que siempre me fue ajeno.
Puesto el ser en la yema de mis dedos
palpo la calavera de mi rostro,
y más allá el paisaje continúa.


(de 'Poemas Catalanes')