LOS DESVELOS DEL DOXÓGRAFO

La tradición doxográfica consistía en recopilar, de diversas maneras, las opiniones de terceros autores.
¿Es posible otra escritura?
En la historia, los nombres y las fechas son circunstanciales, mojones arbitrarios y consuelo de nuestras íntimas aspiraciones. Un nombre y una fecha no son más que una ilusión, que nos permite velarnos, espejarnos en el otro. Tal vez, para ocultar y evidenciar que no somos más que objetos tallados con la inmaterialidad de la palabra; objetos de sentido incierto, aunque a veces verosímil.
Somos hablados, decimos lo dicho. En el mejor de los casos armamos, con unas cuentas coloridas y los espejos que nos circundan, un universo de probabilidades imposible de explorar en una vida.
Sin embargo, hablamos. Nos hacemos a la mar en pos de Las Molucas demostrando que el encuentro, la metáfora, no es más que un accidente imprescindible.
La metáfora, multiplicadora de sentidos, siempre necesita del otro, que se los otorga. Se es dicho, bien o mal, pero se es dicho. Construcción colectiva, en la que el destino de cada letra que la forja ha extraviado la causalidad.
Somos meros vectores del lenguaje. Cada quien se las arregla, de alguna manera, con las voces que lo habitan. Todo otro ideal pareciera casi alucinado.

Jorge Pablo Yakoncick.







jueves, 5 de noviembre de 2009

Las tentaciones de Bertolt

Contra la seducción

No os dejéis seducir:
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.

No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.

No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.
……………………………...


Bertolt Brecht, Poemas y Canciones. Alianza Editorial, México, 1984, p. 15 (versión de Jesús López Pacheco sobre traducción directa del Alemán de Vicente Romano).

jueves, 22 de octubre de 2009

Raúl Gustavo Aguirre & el principio del fin.

Ya no te guardaré


Ya no te guardaré, se deshizo la música
donde me pareció que estabas
.
Eran cristales rotos, o arena, no sé bien:
yo pisé y comprendí.

Comprendí con asombro que el tiempo se estiraba
desesperado y sin sentido
y que yo no era nadie
excepto el que te amó.

Eran cristales rotos, piedras o desventuras,
eran cuerpos enormes o cenizas, no sé.
Yo pisé y comprendí.


1950.

Raúl Gustavo Aguirre, de Señales de Vida. Poemas 1949/1961, ed. La Razón Ardiente, Bs. As., 1962, pg. 19.

martes, 8 de septiembre de 2009

Miguel Ángel Lens, Steve Halen & sus gorriones:

Los Gorriones de Steve Halen


todos los gorriones mudos tristes
de la noche perseguían a
steve halen que con rabia enorme se decía
en voz alta
“no somos hijos no somos hijos
somos accidentes nosotros los hijos
¡ah vida qué perra ver tanta crueldad
escabulliéndose como un ofidio
después de morder!”

se repetía hasta el hartazgo
de ayunar tanta ternura o volar
sin paz perpetuamente hecha y deshecha
la ternura
vivía mal steve por culpa de haber nacido
idolatrando pájaros sin canto
estatua de libertad que le quitaban el pan
y la loca paciencia de los colimbas estaqueados
y violados en el sur
hasta que una madrugada desierta como la nada
sin nadie en el vacío de existir
dejó el no deseado de hablar solo
por las calles
y a steve
a steve halen
se lo comieron los demonios.


Miguel Angel Lens, de Los Poemas de Jimmy Barrett (el sureño), Cronopio Azul, Bs. As., 1990.

domingo, 23 de agosto de 2009

"Otros"

Karaoke

Para metabolizar la traducción
resigna el poema.
Soberanía personal
en clave de monólogo interior
sin videos de sexo.

Escribir contra reloj
si las flores son las mismas
y viene gente a comer.

Perdida la inocencia
lo simbólico determina su pantufla.
Y es una cuestión de fe
enloquecer sin saber
la representación ambigua del universo

en los comerciales del cine.

Omar Aguiar (de Poetas Rosarinos, UNR 1999).

martes, 14 de julio de 2009

ODISEA

Con la pampa tatuada en las pupilas,
angustioso horizonte cardinal,
transcurro otros paisajes, no los mios.
Casi ajenos, prestados se dirían.
Viajo en tren por el árido pedrusco
acaso recordando lo imposible;
certero de que todo es un instante,
ya sea sueño, ya indigente vigilia.
Me observo en el cristal de la ventana
buscándome esa pampa en las pupilas,
quizá un verdor que siempre me fue ajeno.
Puesto el ser en la yema de mis dedos
palpo la calavera de mi rostro,
y más allá el paisaje continúa.


(de 'Poemas Catalanes')